Realmente, estar solo cada día me agota, pero aunque parezca raro, a su vez me agrada, no creo poder llamarlo costumbre, pero ese no es el punto, estar solo no me desagrada en lo absoluto, pero cuando la soledad llega cuando todos están acompañados, te hace sentir un poco fuera de balance, te quiebra, quieres que alguien te hablé, por que en ese minuto envidias a todo aquel que tenga compañía, y lo peor de todo, es que tengo la certeza de que cuando necesite alguien a mi lado apoyándome, creo que no lo tendré, pues, así al fin y al cabo es la vida de un lobo, si su manada no funciona correctamente, se va, pero una vez se enfrenta a la soledad, no hace más que llorarle a la Luna...
